¿Por qué bajan los precios del cordero? La solución pasa por las organizaciones

La caída del precio de los corderos tras cerrarse las ventas de Semana Santa por parte de los operadores comerciales, está sorprendiendo a los foros de ganaderos que han entrado al mundo de la comunicación vía Internet.

Leo comentarios culpando a unos y otros por las bajadas, y como culpar no es la solución, voy a tratar de dar luz desde la posición que disfruto y la visibilidad que me ofrece.

Después de 35 años siguiendo el mercado semanalmente, tengo que convencerme cada año, con datos, que el principal factor que influye en el precio, es la oferta y la demanda.

En el caso de Oviaragón, bastante representativo del mercado, desde noviembre de 2015 hasta marzo del 16 se recogieron un 15% de corderos, más que en el mismo periodo del año anterior, y el valor final fue el mismo. Es decir, que a más producción el precio unitario es menor, en este caso coincidente, unos diez euros menos.

El segundo factor sería la forma que los operadores comerciales manejan el mercado en función de intereses concretos.

Y puestos a buscar un tercer factor, la desinformación que se genera más o menos interesadamente, desde determinados mentideros de la información, en un mercado opaco y especulativo desde una u otra trinchera, tratantes que juegan a veces a ganaderos o viceversa, en función de su situación e intereses particulares.

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Este año como en años anteriores, en busca del negocio rápido, pero demostradamente de alto riesgo, algunos operadores, compran grandes cantidades para llenar cebaderos hacia momentos de exportación por fiestas religiosas, sea la Pascua católica, la ortodoxa, el Ramadán o la Aid al-Adha (también conocida como fiesta del cordero).

Si estas operaciones no salen bien, el stock creado no solo bajará el mercado español y europeo por sus ofertas de cordero pesado a la baja en España, Francia, Alemania, etc. sino por falta de espacio en esos cebaderos. O para recuperarse dejarán de comprar pequeño a los ganaderos, de no ser a precios muy bajos. Al menos hasta que se huela la escasez, momento que irán a por todas o todos que puedan.

Por otro lado, de noviembre a mayo las importaciones de lechales italianos, griegos y franceses, mezclados con la oferta española, bajan primero el precio del lechal español y segundo el de todo tipo de cordero, ambos por competencia en el lineal de ventas.

Otra causa es la sobreoferta española por la estacionalidad como tradicionalmente ocurre en primavera. Si a esta sobreoferta se unen stocks en cebaderos como los citados, la bajada como la actual suele ser drástica y su duración depende de que se exporte antes o después.

La solución pasa por un mercado más regulado y menos especulativo. La permanencia de periodos largos de precios sin altibajos favorece al productor y al consumo. Eso pasa por organizaciones centradas que trabajen por regular la producción y no jueguen a la especulación. El periodo que hemos pasado con cinco meses de precios iguales se debe al peso creciente de estas organizaciones.

Afortunadamente, una importante proporción de ganaderos no entran al juego de la especulación y confían en organizaciones o personas serias que le recogen los animales cuando están en su peso, los pagan y no juegan a operaciones de riesgo en busca del beneficio rápido. Ambos grupos, ganaderos y operadores serios, no solo cooperativas, prefieren la transparencia y la legalidad a otros sistemas opacos incluso fraudulentos, como se está demostrando con la reciente operación de la Agencia Tributaria Española.

Para evitar la confusión en el punto de venta, otra necesidad reclamada desde la Interprofesional del ovino y caprino, Interovic, es la identificación del origen del producto. Las importaciones, como nuestras exportaciones, son legales, pero también es obligatoria la identificación que no se está exigiendo, en general, por parte de los responsables de las comunidades autónomas.

Por desgracia el comercio internacional no está en manos del ganadero y sus organizaciones, pero sí lo está organizarse para tener una producción más equilibrada y vender los animales cuando están en su peso comercial sin entrar a especulaciones de alto riesgo que pocas veces benefician al que produce.

Francisco Marcén

2019-11-13T12:07:34+00:00

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