¿Por qué esperar a ser feliz con lo que quiero hacer?

Esta es la reflexión que hace pocos años se hacia la joven Rebeca Peguero Alquezár, de Monforte de Moyuela, en una entrevista realizada en el periódico digital www.mallata.com, extraordinariamente dirigido por Lucia López Marco, donde daba cuenta de su decisión de pasar de psicóloga a pastora y relataba la aventura de su incorporación como joven ganadera de ovino y caprino.

 

Rebeca con su chotica Treinta. Un buen regalo.

 

Cuando Rebeca llega a la nave cada mañana, nada más abrir la puerta un ejército de fieles salen disparadas hacía ella y no la van a dejar hasta que termine todas las faenas que hoy le tocan.

La primera que llega casi desbocada es Filomena (es la primera cordera que nació en la nave nueva coincidiendo con esa famosa borrasca que, después de Reyes del 2021 nos lleno de frío y nieve casi toda la península). Rebeca le acaricia la carica y ella apoyando su morrico en la cadera de ella casi se queda dormida, detrás esta Morena que en el rebaño que compraron se la dejaron dormida debajo de una canal y tuvo que volver a buscarla para traerla en su coche o Lolita que con su tirabuzón en la frente a lo Estrellita Castro le tuvo que ayudar en su parto “que casi no sale” con sus 5 kilos para encontrase a su madre sin leche, ponerle un chalequico de otro cordero y tener que seguir ayudándole con otra madre adoptiva.

Rebeca no para para atender las faenas que tocan: bebederos, comederos, pienso, esa jaula de parición, la valla…, y ellas la siguen de cerca como si le ayudarán. Y, en realidad, le ayudan porque ese mundo es suyo y nada más que suyo, después en el campo cuando la comida se resiste a aparecer se hacen más rebeldes pero en la nave, todo gira alrededor de Rebeca.

 

Pecas vigila el rebaño

 

Que importante es que nuestros jóvenes se queden en nuestros pueblos. Para el futuro lo es todo.

Oviaragón y UPRA del Grupo Pastores realizan este reconocimiento a Rebeca con el accésit en el Premio a la Biodiversidad de Expoforga 2022 para animarle a continuar con la misma fuerza y entereza que demuestras en esta actividad y que sirva como ejemplo para otros jóvenes que quieran perseguir este sueño y lo puedan hacer realidad.

Cada rebaño que se pierde en nuestros pueblos (y llevamos décadas de experiencia continuada en ello) hay un entorno que sufre, sufre despoblación, sufre abandono. En poco tiempo un territorio vivo pasa a ser invisible a la actividad humana y pierde toda la relevancia económica, social y medioambiental que tenía con la presencia del rebaño.

Nadie va a venir a salvarnos de esta invisibilidad que sufrimos, tenemos que ser nosotros como sector los que nos hagamos visibles, pero si conseguimos que jóvenes como Rebeca tomen como elección esta actividad y les ayudemos como sociedad a ser viables y a ser sostenibles, nuestra naturaleza y nuestros pueblos lo agradecerán.

 

 

Otros artículos de interés:

«El Pastoreo como vocación». Artículo dedicado al otro accésit del Premio a la Biodiversidad: los Hermanos Bailo SC.

2022-06-20T10:22:48+00:00

Deja tu comentario